Al tratar de captar la esencia del poder, un filósofo contemporaneo del Imperio Austro-Húngaro advierte que el sentido propio del término tiene que ver con el poder político, con la facultad que tienen los gobernantes de obligamos a obedecer. De este sentido vendrían por analogía los otros, tales como el poder de Dios, el poder de la naturaleza, el poder del dinero etc. Es decir, para entender lo que es el poder, el filósofo destaca aquellos rasgos esenciales que lo definen como tal y que lo distinguen de los otros poderes. Su diferencia específica se destaca clara-mente cuando se le opone al poder natu-ral. Al respecto afirma el filósofo: “Al contemplar las fuerzas elementales de la natu-raleza, ¿Podemos hablar de poder?, ¿Podemos decir, por ejemplo, que una tor-menta, o una epi-demia o un le-ón tienen poder? No, claramente no podemos.”
Dos mujeres, a principios del siglo XX, se debatieron en una lucha encarnizada de poderes. La más vieja decía a la más joven que el postre que intentaba preparar es un flan. La más joven defendía sus argumentos al sostener que no, que el postre no era flan, que era un postre de chocolate, más parecido al mouse, pero no flan. Este conflicto nunca tuvo una resolución definitiva, y ellas dos se batieron a duelo, al ritmo de la batidora, hasta el fin del mundo, la vida, la muerte, los dos huevos, el tempo, y sin embargo el conflicto nunca se ha resuelto.
¿Cuál será la resolución del enigma? ¿Es el postre un flan? ¿Es un mouse? ¿Cuáles son las características que posee un mouse? ¿Cómo debe prepararse un mouse y cómo un flan? ¿Cuáles son las diferencias radicales entre un mouse y un flan?
Esperamos que tus comentarios nos absuelvan de esta extraña duda...
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